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viernes, 23 de septiembre de 2011

EL VERDADERO RIESGO DE LA CAIDA DEL SATÉLITE UARS

La última de estas catástrofes procedentes del cielo es el Satelite UARS (Upper Atmosphere Research Satellite), que fue lanzado en 1991 y cuya misión ha sido estudiar la atmósfera terrestre, con especial atención a la capa de ozono. El UARS ha estado enviando datos durante casi dos décadas hasta que terminó su vida útil en el año 2005, siendo retirado a una órbita más baja a la espera de su reentrada a la atmósfera.


Estos últimos días, la NASA ha anunciado que el satélite será destruido por el rozamiento al entrar en contacto con la atmósfera, aunque debido a su tamaño, algunas piezas caerán a la Tierra. Como os podéis imaginar, este anuncio ha puesto en funcionamiento la fértil imaginación y alarmismo de algunos medios sensacionalistas que han exagerado titulares hasta el absurdo.


 Sin embargo, la realidad es que no es el primer satélite de estas características que se destruye mediante la reentrada a la atmósfera.
Como la propia NASA recuerda en un informe hecho público junto al anuncio, el UARS es un objeto de tamaño medio cuyo trayecto será seguido muy de cerca por el ORSAT (Object Reentry Survival Analysis Tool), un sistema que ya ha realizado anteriormente reentradas de objetos más masivos que el UARS sin ningún problema. Citemos como ejemplo la segunda etapa del Falcon 9, que regresó en junio del año pasado.
Por supuesto, hay que señalar que la mayor parte del satélite se quemará y se destruirá sin problemas al contacto con la atmósfera, así que... ¿cual es el peligro real?. La probabilidad es realmente ínfima, concretamente menos de 1 entre 3.200 de que impacte contra el suelo causando daños materiales o pesonales. Aún así, las probabilidades reales son estas:


- Numero de "potenciales" objetos peligrosos que se esperan que sobrevivan a la reentrada: 26.
- Masa total de objetos que se esperan que sobrevivan a la reentrada: 532 kg.


No se conoce la fecha exacta en la que el UARS caerá a la superficie terrestre, pero para tranquilizar, debemos recordar que llevamos algo más de 50 años recibiendo toda clase de objetos y trozos de satélites espaciales y, por el momento, jamás se ha contabilizado ni una sola víctima. Así pues, pensándolo con calma y viendo los datos, es más probable que te caiga una maceta o un piano mientras vas andando por la calle.

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